Esta es la pregunta del millón para muchos estudiantes, pero la realidad es que nadie tiene una respuesta correcta ni 100% verdadera.

Lo más común es que se opte por un horario de mañana, ahora bien, ¿y si no te cunde como debería? ¿Y si eres de los que les cuesta madrugar? ¿Y si trabajas o tienes otras obligaciones?

En definitiva, lo que tú consideres como mejores horas para estudiar, dependerá de ti y tus circunstancias. Aún así, nosotros te vamos a decir cómo elegirlas adecuadamente y cómo exprimirlas al máximo.

Cuál es tu mejor hora para estudiar

Quizás, para acertar en la respuesta, habría que replantear la pregunta. En otras palabras, tienes que saber cuál es la mejor hora para que tú puedas estudiar.

Como veníamos diciendo, esta decisión dependerá de varios factores. Nosotros te los resumimos así:

Importancia del ritmo circadiano en el estudio

Podemos hablar del ritmo circadiano como de tu reloj biológico. 

Nuestro organismo está en constante movimiento y su actividad está perfectamente sincronizada para que podamos realizar actividades, descansar e incluso “pausar” unos procesos para que otros se desarrollen mejor.

A veces, a causa de las obligaciones diarias, vamos en contra de este ritmo biológico que nos marca nuestro organismo, y eso puede hacer que nos sintamos cansados, desmotivados o faltos de concentración.

Por eso, dentro de las posibilidades, la mejor opción es escuchar a nuestro cuerpo y adaptarnos todo lo posible al ritmo que nos marca.

El ritmo circadiano más común es aquel en el que la persona es más productiva durante las horas de sol. A modo de resumen, funcionaría de la siguiente manera:

• A partir de las 6 de la mañana disminuyen los niveles de la hormona del sueño (melatonina) y nos activamos. El mayor pico de actividad sucede entre las 9 y las 14 horas, aproximadamente.

• Desde las 15 horas la alerta disminuye para impulsarnos a nivel físico (se eleva la presión sanguínea, la temperatura, etc.).

• Entre las 18 y 20 horas (dependiendo mucho del atardecer) caen todos los niveles de hormonas de activación, dando paso a la secreción de melatonina y comenzando ralentizarse los procesos que el cuerpo ya considera como secundarios.

A pesar de que este sea el ciclo más habitual, cada persona tiene uno propio. Para descubrir el tuyo, basta con que observes cómo responde tu cuerpo a las actividades diarias durante algunos días.

Este descubrimiento será la base para establecer las mejores horas de estudio.

Considera tus circunstancias y organiza el estudio

Aunque lo ideal es respetar el ciclo circadiano individual, las circunstancias mandan.

Obviamente, si trabajas de 16 a 21 horas, da igual que seas más productivo por la mañana. Vas a tener que intentar estar a tope y cumplir con tus obligaciones.

Si barajando cuáles son tus circunstancias, resulta que tu ritmo circadiano se adapta perfectamente a ellas y al horario de estudio que quieres tener, no hay mucho más que decir. Sin embargo, si todo se ha alineado en tu contra, hay que hacer pequeñas modificaciones en las rutinas. Te ponemos un ejemplo:

Supón que tu ritmo circadiano sobresale por tener las horas más activas durante la tarde, que es justo cuando comienzas a trabajar. 

Tienes varias opciones. La primera es madrugar mucho y sacar unas cuantas horas de estudio antes del trabajo. La segunda es estudiar después de trabajar, por la noche, y dormir toda la mañana. La tercera es repartir el estudio durante el día, es decir, puedes estudiar las últimas horas de la mañana, y un poco más después de trabajar.

Un detalle que debes tener en cuenta es que si tu organización llega a ser sumamente complicada y te agota, debes planificar descansos y pequeñas siestas para reponerte.

Considera otros factores externos como los cambios de estación o el hecho de tener que estudiar en pleno verano, en cuyo caso da igual cuál sea tu ritmo circadiano, porque tendrás que evitar las horas centrales del día.

También influye el lugar en el que estudias. Si es una biblioteca, tu horario se ajustará al de este establecimiento. Por el contrario, si estás en casa, puedes encontrarte con un horario escogido según tu comodidad o en función a las necesidades del resto de personas que viven contigo.

Si de primeras no aciertas con una organización que se adapte a ti, no desesperes. Debes tener flexibilidad ante todo y seguir probando hasta que realmente te sientas cómodo.

¿Puedo cambiar mi ciclo circadiano?

Por supuesto. Le darás forma como a cualquier otro hábito, a base de constancia e insistencia. 

Los más sencillos suelen ser los cambios más pequeños, como por ejemplo, en lugar de habituar el cuerpo a que se active a las 12 de la mañana, madrugar más para que entienda que su activación debe ser más temprana, sobre las 9.

Ahora bien, si pasamos de una activación nocturna a otra diurna, el camino a recorrer no será tan fácil.

Esta modificación en todo tu biorritmo va a conllevar meses de mucha paciencia y voluntad por tu parte. De hecho, si te descuidas durante algún periodo más extenso (vacaciones, por ejemplo), es muy probable que vuelvas a las andadas.

Lo que dicen los estudios

Hay muchos estudios en torno a las mejores horas para estudiar y casi todos coinciden en que lo más adecuado es hacerlo durante las mañanas.

Dependiendo de la fuente puede variar el horario que se toma como idóneo. Sin embargo, el mensaje es el mismo: las horas de sol nos hacen estar más activos y eso tenemos que aprovecharlo. ¿Quieres aprobar tu oposición? Sácale el máximo partido a tus horas de estudio con Formación Ninja.