Convencer a mi hijo para opositar, ¿qué hacer y qué NO hacer?

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¿Quieres convencer a tu hijo para que oposite?

¿Te has encontrado alguna vez mirando a tu hijo, preocupado por su futuro y preguntándote cómo podrías ayudarlo a encontrar el mejor camino? Como padre, es normal que sientas eso.

Deseas lo mejor para él, y queremos darte herramientas que te ayuden a guiarlo hacia una opción que podría darle estabilidad y realización personal: opositar.

Ojo, nosotros recomendamos a cualquiera opositar SOLO si realmente es lo que uno desea en la vida. Cada persona es un mundo, y por muy interesante que sea ser funcionario, puede no ser para todos. Recomendamos seguir todos los pasos únicamente si estás convencido de que opositar será lo mejor para tu hijo. Al fin y al cabo, esta será su lucha, no la tuya.

Así que estos "trucos" solo deben servir para que él mismo se dé cuenta de que la opción existe, y tendrá siempre la última palabra sobre si es lo que realmente quiere.

Iremos por pasos, para que sea más fácil.

1. Hablad sobre el mercado laboral

La mejor manera de empezar, quizás, aunque tú conoces bien a tu hijo y sabrás cómo abordarlo mejor, podría ser empezar hablando sobre trabajo

Puedes comentar el problema que muchos vivimos hoy en día en el país, y que es totalmente real: el de la incertidumbre laboral que enfrentan muchos jóvenes hoy en día: contratos temporales, empleos precarios y alta competencia.

Si no hay algo más concreto desde lo que partir, como un despido reciente, puedes empezar comentando alguna noticia sobre el desempleo juvenil o la dificultad para conseguir empleos estables. Quizás alguna anécdota, o recordar algo que él te dijo. Así, creas un punto de partida con el que tu hijo pueda sentirse identificado y compartir sus propias opiniones.

Es importante que permitas que tu hijo se queje sobre la situación, y que opine libremente.

Dale espacio para expresar sus frustraciones y preocupaciones sobre el futuro laboral sin que sienta que lo estás juzgando. Pregúntale cómo ve él la situación actual. Por ejemplo: "¿Tú qué opinas sobre lo difícil que está encontrar trabajo hoy en día?". Esto le dará la oportunidad de abrirse y expresar cómo se siente, y tú podrás conocer mejor su perspectiva.

Quizás, será entonces cuando te empiece a hablar sobre trabajos que le gustaría hacer, o cosas que quiere estudiar o probar… por ahí vamos bien.

De todas maneras, todavía os queda camino para llegar hasta recomendarle las oposiciones, si es que llegáis a eso. Sigue leyendo.

2. Comprende las aspiraciones de tu hijo

Antes de abordar cualquier conversación sobre oposiciones, es fundamental que te tomes el tiempo para entender realmente cuáles son los sueños y metas de tu hijo.

Tienes que preguntarle sobre sus intereses y preocupaciones. Escucha de verdad, sin interrumpir ni juzgar. Puede que descubras que tiene inquietudes que desconocías o que está considerando opciones que no habías imaginado.

Algunas pueden gustarte, y otras no. Es normal, a ningún padre le suelen gustar ni los suele entender. Hay quien solo tiene en la cabeza ser influencer o futbolista, pero expresarlo, verbalizarlo sin sentirse juzgado, es un gran primer paso para tratar de hacerlo realidad. Aunque sea para acabar dándose cuenta de que no es su camino.

Por eso, hay que tirar del hilo, plantearlo en serio, ver cuáles son los caminos que le llevarían a lo que quiere. Si tiene que estudiar algo, hay que informarse y que vea qué es lo que tiene que hacer, ver si está dispuesto a hacer toda esa carrera y a hacer los sacrificios que conlleva. No te preocupes por las oposiciones todavía, que nunca es tarde para opositar.

Por ejemplo, si nos tomamos en serio lo de ser influencer... ¿sabías que el 40 % de los jóvenes hoy en día quiere serlo y tan solo alrededor de un 1 % consigue serlo? Y ya ni hablemos de lo de ser un futbolista multimillonario.

Sin embargo, cuidado porque siendo padre es normal querer intentar "destapar la realidad" frente a alguien que tiene ese tipo de convicciones o "pájaros en la cabeza". Primero, no tiene por qué estar equivocándose, y segundo, llevarle la contraria a según qué edades solo servirá para generar fricción y conflicto entre vosotros. Y por ahí sí que no.

Esto es vital: Tienes que respetar sus decisiones. Apoyarlo, de hecho. Aunque quieras guiarlo, debes recordar que es su vida y su futuro. Mostrar empatía y comprensión fortalecerá vuestra relación y le hará sentir que tiene un aliado en ti.

Sabemos cómo te sientes. Muchos en Formación Ninja somos padres. No juzgues sus ideas, aunque te parezcan irreales o poco prácticas. 

Tu labor no es decidir por él, tienes que acompañarlo y ayudarlo a entender las consecuencias de cada opción. Solo si se siente escuchado y comprendido podrá abrirse a considerar otras posibilidades, como las oposiciones.

Como decíamos, deja que tu hijo se exprese, explora sus motivaciones, pregúntale qué le atrae de sus metas actuales y cómo se imagina en el futuro. Parte de comprender.

Cuando se siente que hay alguien dispuesto a escuchar y entender sin juzgar, se genera un ambiente de confianza que permitirá, más adelante, explorar alternativas de manera conjunta.

Si ves que tu hijo se crece durante vuestra conversación y empieza a soñar despierto en su futuro, es que se siente validado y escuchado, y eso es muy valioso.

Todo esto no significa que no puedas ir dejando caer que opositar es una opción, y hasta es posible que hayáis hablado ya sobre el tema. Por algo estás leyendo esto y quieres convencerlo, ¿no? Seguro que ya llevabas tiempo pensando en esta opción.

Veamos qué más puedes hacer para orientarlo, que no corregirlo… recuerda.

3. ¿Opositar es para él o no?

Una vez que hayas comprendido sus aspiraciones, puedes explorar si las oposiciones podrían resonar con sus intereses. Seguramente ya te hagas una idea si ya entiendes qué es lo que quiere.

Es importante mantener una actitud abierta, evitando presuponer que las oposiciones serán automáticamente la mejor alternativa. 

Piensa que los jóvenes suelen dar muchas vueltas a lo largo de su vida hasta encontrar realmente algo que les llena y les interesa de verdad. Opositar no puede ser una imposición, repetimos, tiene que ser algo que ellos decidan hacer.

Por tanto, PACIENCIA, lo importante es planteárselo y él o ella ya harán sus propias cavilaciones, ya explorarán a su ritmo. 

O, quizá, tal vez si los ves dudando, todavía no es el momento adecuado para hacerlo. Ya llegará. Por ahora, necesitan seguir explorando y aprendiendo. A veces necesitan estamparse ellos solos para crecer. De eso va la vida.

Con esto en mente, podrías plantearle las ventajas de ser funcionario, sin hablar concretamente del trabajo.

Puedes empezar comentándole que hay trabajos que garantizan estabilidad y que le darían tiempo para hacer las cosas que le gustan. Que trabajar no tiene por qué ser una mala experiencia si sabe dónde apuntar. Pregúntale cómo sería su trabajo ideal… y piensa cómo esto puede estar vinculado al trabajo público en España.

Seguramente por aquí encuentres una conexión. Y, oye, que si no la encuentras no pasa nada… puede que en otro momento, después de "hacer el loco" unos años, quiera saber más.

En el caso de que creas que puede ser un camino que le valga ahora mismo, puedes ir presentando de manera natural por qué merece la pena opositar.

Si notas que a tu hijo le preocupa la falta de seguridad laboral, este puede ser un punto clave. Entonces háblale sobre la estabilidad laboral que ofrece una plaza pública.

Puede que tu hijo quiera seguir creciendo y aprendiendo, y el sector público ofrece muchas oportunidades aquí. Comenta también el desarrollo profesional que puede obtener al especializarse en un área concreta dentro del sector público.

No olvides mencionar los beneficios sociales: vacaciones pagadas, permisos, jubilación garantizada, facilidad para conseguir hipotecas y otros incentivos que vienen con ser funcionario. Estos aspectos pueden ofrecerle una calidad de vida que tal vez no había considerado y que podrían resonar con sus valores y expectativas.

También puedes sugerirle que piense cómo quiere sentirse en el futuro:
¿Quiere sentir seguridad, no sentir ese miedo de que lo puedan llegar a echar?
¿Quiere tener tiempo libre para hacer otras cosas que le apasionen?

Las respuestas a estas preguntas pueden ser una buena guía para saber si opositar es el camino adecuado.

Y si ves que no confía en él mismo estudiando, que no tenga medio, porque lo bueno o malo que fuera estudiando no definirá lo bueno que será opositando. Lo sabemos bien:

Es importante que durante estas conversaciones prestes atención a las señales que él te dé, con la misma actitud abierta que has tenido hasta ahora. 

Recuerda que la idea es acompañarlo, no imponerle una visión.

Si todo va bien y ya considera opositar como una buena opción, podemos seguir avanzando.

4. Háblale de casos reales

Puede que ya le hayas "abierto los ojos" sobre opositar, pero que todavía tenga dudas. Es normal, al fin y al cabo. Opositar es una tarea titánica, sobre todo si no lo ha hecho nunca (y ya ni hablemos de las personas que opositan con hijos).

Compartir casos reales puede ser perfecto para demostrarle que no es algo imposible para él, que muchas personas con situaciones similares o PEORES han logrado su objetivo. Hará que se sienta más identificado y pueda visualizar mejor el proceso.

Comienza por pensar en personas que conozcáis que haya opositado, como algún conocido, amigo o familiar. Puedes contarle cómo esa persona tuvo que enfrentar dificultades similares, como la falta de motivación, el miedo al fracaso o el sacrificio de tiempo.

A veces, escuchar cómo alguien a quien conoce logró superar estos obstáculos puede ser muy inspirador y hacerle ver que él también es capaz.

Si no tienes ejemplos cercanos, también puedes recurrir a nuestras entrevistas, donde hablamos siempre de estas cosas con nuestros opositores recién aprobados. Aquí te dejamos dos:

Por supuesto, no todo son historias de "éxito", seamos realistas. Hay mucha gente que se queda por el camino. Por eso, es importante que también le hables de los fracasos.

De hecho, como ya has podido ver en las entrevistas, suspender es algo que pasa, pero siempre se puede volver a intentar.

La realidad de las oposiciones es que a veces toca intentarlo más de una vez, y no pasa nada por fallar. Hablarle de personas que no consiguieron plaza en su primer intento, pero que no se rindieron y finalmente lo lograron, puede ayudarle a entender que el fracaso forma parte del proceso y que la perseverancia es clave.

Aquí hablamos de esto con un caso de "fracaso" que… sí, acabó genial.

En cada caso hay algo que se puede aprender, y creemos que pueden ser muy inspiradores.

Y, si esta opo es de rango C2 o menor, nos queda el consuelo de que seguramente no tarde tanto. ¡Que hay gente que se tira más de 20 años para sacarse la plaza de notario (A2)… y todavía siguen diciendo que vale la pena!

La idea es que pueda ver que opositar es una opción alcanzable (que ya te decimos nosotros que LO ES) y que, aunque sea un reto importante, hay muchas personas que lo han conseguido y ahora disfrutan del resultado.

En todas las oposiciones hay algo de fracaso en algún momento, y es ahí donde todo se pone a prueba. Donde la motivación intrínseca tiene que ser REAL. De ahí que insistamos tanto en que tiene que ser algo que él quiera de verdad. De eso te hablamos en el siguiente punto.

5. Opositar tiene que llenarle

Como ya has visto, es crucial que, si tu hijo decide opositar, sea porque ha encontrado un motivo auténtico para hacerlo. Algo que le motive, algo que lo mantenga enfocado siempre que se desvíe, algo que le impulse a levantarse a las 6 de la mañana y no quedarse durmiendo en el sobre porque "ya empezará más tarde".

La clave es que ese "por qué" tiene que ser algo propio, algo que lo llene a él y no a ti.

Piensa, por ejemplo, en los opositores a bombero o policía. En muchos casos, ellos tienen un fuerte sentimiento de vocación y un deseo de ayudar (y proteger) a los demás. Todos sabemos que un bombero es casi considerado un héroe, porque salva vidas. Y un policía, aunque no tanto, hay mucha gente que los valora como se merecen.

Esta vocación les da el empuje necesario para afrontar las largas horas de estudio y los sacrificios personales que implica opositar. La misión aquí es ayudar a tu hijo a encontrar su "para qué", sea cual sea.

Para ayudarle, puedes empezar preguntándole cosas como…

  • ¿Qué te gustaría lograr con tu trabajo?

  • ¿Dónde te imaginas trabajando y por qué?

  • ¿Cómo te imaginas tu vida dentro de cinco o diez años?

Preguntas como estas pueden ayudarle a visualizar qué tipo de trabajo le daría lo que realmente quiere dentro del mundillo laboral (incluyendo el público). Hay muuuuchos puestos de trabajo de funcionario en muchos niveles y sectores, ya lo sabes.

Vamos, que opciones hay, y es muy probable que encuentre lo que realmente quiere. Recuerda que ya partimos de que desea ser funcionario porque lo habéis hablado antes, pero hay que escoger un camino.

Si le cuesta encontrar una razón clara para opositar, recuérdale que no tiene que ser algo fuera de lo común. No tiene por qué querer cambiar el mundo, no seamos tan peliculeros.

Muchas veces, una razón simple puede ser poderosa. La sensación de libertad y de prestigio que te puede llegar a dar tener los beneficios de ser funcionario, puede ser todo lo que alguien busca en su vida.

Recuérdale también, si quieres, que existen muchos funcionarios emprendedores. Que su “sueño” no tiene que terminar en su trabajo público. 

Al fin y al cabo, cuando tienes tan buena conciliación entre trabajo y tiempo libre (y a veces hasta horarios intensivos o flexibles), te da margen y seguridad económica para emprender.

Al final, lo importante es que haya algo que resuene con él, algo que le haga sentir que el esfuerzo merecerá la pena.

Puede que al principio no lo tenga claro, o que cambie de motivación a medida que avanza en el proceso. Y eso está bien. 

Lo importante es que sienta que este camino le pertenece, que está tomando una decisión por él mismo y no por presión externa. Así, cuando lleguen los momentos difíciles (que seguro llegarán), podrá apoyarse en ese "por qué" o "para qué" y seguir adelante con fuerza.

Al fin y al cabo, si opositas, tienes que estar convencido, opositar fuerte, y así lo harás yendo al 100 % a por tu plaza.

Por eso, tienes que hacer lo siguiente:

6. Respeta su decisión final

Llegados a este punto, es probable que hayas hecho todo lo que estaba en tus manos para presentarle las oposiciones como una opción sólida y estable. Sin embargo, la decisión final debe ser suya.

Si notas que muestra interés de verdad, plantéaselo con seriedad: recuérdale lo que implicaría opositar, el tiempo y esfuerzo que requiere, pero también los beneficios que podría obtener. Asegúrate de que comprenda tanto lo bueno como lo difícil del camino.

Por ejemplo, podrías decir:
"Mira, hemos hablado mucho sobre el tema y creo que opositar podría ser una buena opción para ti. Claro, es un camino que requiere esfuerzo, pero también ofrece muchas ventajas, como la estabilidad y la posibilidad de disfrutar más de tu tiempo libre. Si te interesa, podemos buscar más información juntos para ver si realmente es lo que quieres."

Es posible que en este momento aún dude o decida no opositar. Y está bien. Es su vida y su camino.

Como ya te hemos dicho, a veces esas ideas quedan sembradas y pueden germinar más adelante, cuando él mismo esté listo.

Si, por otro lado, decide que opositar es lo que quiere hacer, ¡perfecto! Es el momento de hablar de cómo dar el siguiente paso. Aquí es donde podemos entrar en acción.

7. Ayúdalo a empezar con buen pie

Si tu hijo ya ha tomado la decisión de opositar o, al menos, está considerando seriamente esta opción, es momento de darle todo el apoyo que puedas. Pero, ¿cómo hacerlo sin abrumarlo? Aquí tienes algunas ideas:

Investigad juntos las opciones disponibles

El mundo de las oposiciones puede ser abrumador si no tienes claro por dónde empezar. Acompaña a tu hijo en la búsqueda de las oposiciones que mejor encajen con sus intereses, habilidades y metas.

Si no lo habéis hablado ya, un buen punto de partida puede ser saber qué tipo de trabajo le gustaría hacer, buscando similitudes con las plazas públicas disponibles.

Si su perfil no está claro todavía, plantéale opciones más accesibles para jóvenes, como las oposiciones a Auxiliar Administrativo o Guardia Civil, que suelen tener un temario más manejable.

Podéis buscar más opciones, claro. Aquí tienes un ejemplo de las oposiciones que nosotros recomendamos. Explorad (C2, C1, A2…) y sectores (sanitario, administrativo, cuerpos de seguridad...). También, nuestro artículo sobre qué oposiciones puedo hacer te puede ser útil.

Prepara el entorno

Si es posible, asegúrate de que tu hijo cuente con un lugar tranquilo y cómodo para estudiar. Quizás puedas ayudarle a montar un espacio adecuado en casa: una mesa despejada, buena iluminación y un ambiente sin distracciones.

También es importante respetar su tiempo de estudio y animar al resto de la familia a hacer lo mismo. Si nota que valoras su esfuerzo, aumentará su compromiso.

Motívalo, pero sin presionarlo

Como padre/madre, tu papel no termina en preparar el ambiente. 

Opositar puede ser un camino solitario y a menudo lleno de altibajos. Tu hijo necesita sentir que estás ahí para él. Todo esto ya lo discutíamos en profundidad en nuestro artículo sobre cómo animar a un opositor.

  • Celebra sus logros, por pequeños que sean, como completar un tema o mejorar en un simulacro.

  • Demuéstrale que siempre estás ahí para él.

  • Escúchalo cuando quiera desahogarse sobre las dificultades que encuentre en el camino.

Un simple "Estoy orgulloso, hijo" puede ser más valioso de lo que imaginas.

Recuerda que tu apoyo debe ser un impulso, no una carga. Dale espacio para encontrar su propio ritmo y método de estudio.

Por cierto, esta entrevista de una madre y su hijo opositor no tiene desperdicio:

Dale recursos y herramientas de calidad

Tener éxito opositando es difícil si no tienes buenas herramientas. Por eso, hay que ir a por ellas.

Para empezar, que se mire este mega-vídeo con todo lo que consideramos que habría que saber:

Sabiendo esto, te recomendaríamos buscarle formación, porque de lo contrario irá muy perdido en su preparación.

Podría ser con nosotros, con nuestra academia online de oposiciones, sobre todo si la oposición que le interesa la tenemos en la academia (y si no lo ves claro, nos puedes preguntar). Además, no hay que olvidar que contamos con asesoramiento personalizado en nuestro Plan Élite, que podría ser el regalo perfecto para el opositor.

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