¿Quieres conocer todos los tipos de incendios que hay? Esto es algo que suelen preguntar mucho las personas que quieren ser bomberos o que simplemente están interesados en el tema.
En este artículo, te ayudaremos a explorar todos los tipos de incendios o clases de fuegos que existen, para que puedas conocerlos y, si te los llegas a encontrar, saber cómo se tienen que apagar.
Atención: cualquiera de las informaciones que podamos dar aquí no sustituyen el consejo de un profesional. Si estás ante un peligro de fuego, lo mejor que puedes hacer es avisar a las autoridades pertinentes y dejar que actúen. Jamás pongas tu vida en riesgo.
Empecemos por definir exactamente a qué nos referimos cuando hablamos de "incendios", para que se entienda bien a qué nos referimos en todo momento.
¿Qué es un "incendio"?
Un incendio es una aparición de fuego que no está controlada y que afecta a elementos que no están destinados a quemarse, como edificios, vegetación o incluso seres vivos. Este fenómeno puede causar daños materiales graves, problemas de salud debido al humo y situaciones críticas.
Para que un incendio se produzca, es necesario que se junten tres factores clave:
Calor (puede venir de fricción mecánica, electricidad o reacciones químicas)
Oxígeno (está en el aire, pero también en productos como el cloro o el agua oxigenada)
Material combustible (madera, plásticos, alcohol, gasolina…)
Esto se conoce como el triángulo del fuego. Cuando estos elementos interactúan, generan una reacción química que da lugar a llamas y calor.
¿Cómo ocurre un incendio?
Los incendios pueden empezar de muchas maneras, pero se estima que el 95 % de los incendios son causados por actividades humanas, ya sea de forma intencionada o por descuidos.
Algunos ejemplos:
Fogatas mal apagadas: En zonas de acampada, dejar una fogata encendida puede provocar que las llamas se extiendan al entorno natural.
Fallos eléctricos: Los cortocircuitos o sobrecargas en instalaciones eléctricas suelen ser causa de incendios en la mayoría de edificios.
Desechos inflamables: Si alguien tira materiales como vidrio o colillas en áreas boscosas, es fácil que eso acabe desencadenando un fuego.
También hay incendios que ocurren de forma natural, por supuesto. Por ejemplo, un rayo durante una tormenta eléctrica puede encender un árbol seco, dando lugar a un incendio forestal. Sin embargo, estos casos son mucho menos comunes que los provocados por las personas.
Ahora que ya sabes qué es un incendio y cómo puede empezar, es importante que conozcas las clases de incendios que existen. Ojo, porque no todos los fuegos son iguales: según su origen y los materiales que están ardiendo, se abordan de una manera muy concreta. Vamos a explicarte cómo se clasifican los incendios y qué debes tener en cuenta si llegas a tener que enfrentarte a cada uno de ellos.
Tipos de incendio
Vamos a ver las diferentes clases de fuegos, que están relacionadas con el material combustible o el origen del calor. En general, se clasifican en 5 tipos según la normativa de EEUU:
Fuego clase A: fuegos que vienen de material combustible como madera, cartón, papel, tejidos, plásticos, neumáticos…
Fuego clase B: fuegos que provienen de líquidos y gases inflamables, como combustible, etanol, queroseno, butano, gasolina, propano, aguarrás, hidrógeno, metano, acetileno…
Fuego clase C: conocidos como "fuegos eléctricos", surgidos de fuentes eléctricas como cortocircuitos, sobrecargas, paneles eléctricos…
Fuego clase D: fuegos de metales inflamables, como aluminio en polvo, lana de acero, titanio, potasio, sodio, magnesio…
Fuego clase K: fuegos procedentes de los aceites y grasas de cocina (K = Kitchen).
Los principales cuatro tipos de fuego son el A, B, C y D. El K técnicamente podría llegar a ser considerada una subclase de líquidos y gases inflamables (B). En cada clase, hay una manera de sofocar el fuego.
¿En qué se diferencia la clasificación en Europa?
Por exhaustividad, creemos importante hablarte sobre la normativa europea, también válida hoy en día, y definida por la norma UNE-EN 2, que aplica algunos cambios importantes en el entorno europeo:
Los líquidos y gases inflamables se separan en clases B (líquidos) y C (gases).
Los incendios eléctricos no tienen una clase propia. Se considera que el origen eléctrico es un factor adicional, pero el material que arde determina su clasificación.
La clase K se denomina clase F en Europa, pero tiene el mismo propósito: aceites y grasas de cocina.
Por tanto, en Europa, los incendios quedarían clasificados así, según el material combustible:
Clase A: Materiales sólidos combustibles (igual que en EEUU).
Clase B: Líquidos inflamables.
Clase C: Gases inflamables.
Clase D: Metales inflamables.
Clase F: Aceites y grasas de cocina.
Aunque cada región sigue su propia normativa, la clasificación de Estados Unidos tiene mayor reconocimiento global. En este texto hemos priorizado esa clasificación porque es la más buscada en contextos internacionales.
Sin embargo, si te estás formando en Europa o para opositar como bombero, es importante que tengas más en cuenta la normativa europea.
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Incendio clase A
¿Has encendido una cerilla o disfrutado de una barbacoa? Estos escenarios muestran cómo se genera la combustión de materiales sólidos, que en un contexto descontrolado podrían convertirse en un incendio clase A. Es el caso, por tanto, de un incendio con madera, papel, cartón, tela o plásticos.
La mayoría de ellos se encienden queriendo, con algún fin. Claro que también pueden encenderse sin querer. Por suerte, se trata de un incendio que es de los más fáciles de controlar. Eso sí: es importante actuar con rapidez y usar los métodos adecuados para evitar que se propaguen
Para apagar este tipo de fuegos, necesitas enfriarlos (con agua) o sofocarlos (con espuma). De hecho, para conseguir esto hay diferentes extintores:
Extintores de agua (clase A): Usan agua a presión para enfriar el material en combustión, reduciendo la temperatura hasta extinguir el fuego.
Extintores de polvo químico seco (ABC): Son el tipo de extintor más usado hoy en día. Contienen polvo químico seco que interrumpe la reacción química del fuego y también puede sofocar el oxígeno que alimenta las llamas.
Por supuesto, esto es solo lo más conocido. Hay muchas más opciones que un especialista te podría desglosar aquí (y, en realidad, también en otras clases de incendio que veremos), pero que a nivel informativo no es necesario entrar tanto en detalle.
Incendio clase B
El incendio clase B se produce cuando arden líquidos o gases inflamables, como gasolina, alcohol, metano, butano o gas natural. Este tipo de incendios puede ocurrir en lugares donde se almacenen o manipulen estos combustibles, como es el caso de gasolineras, laboratorios o cocinas con sistemas de gas.
Los incendios clase B no generan brasas, pero son muuuuyy peligrosos debido a la rapidez con la que se propagan y la dificultad para controlarlos si no usas el sistema correcto.
El problema de este tipo de líquidos es que no se mezclan con agua. De hecho, si intentas apagar este tipo de fuego con agua, podrías extender el combustible y hacer que las llamas crezcan descontroladamente.
Por eso, para extinguir estos incendios, se utilizan métodos que cortan el oxígeno y controlan los vapores que alimentan el fuego.
Para extinguir un incendio clase B, necesitas emplear extintores específicos:
Extintores de polvo químico seco (ABC): Interrumpen la reacción química del fuego y sofocan las llamas.
Extintores de dióxido de carbono (CO₂): Muy buenos en espacios cerrados, eliminan el oxígeno que alimenta las llamas.
Recuerda que aquí es muy importante actuar con precaución y evitar el uso de agua, ya que puede agravar la situación.
Incendio clase C
Un incendio clase C se produce cuando hay equipos eléctricos involucrados que estén conectados a la corriente, como motores, paneles eléctricos, electrodomésticos o cualquier dispositivo que funcione con corriente eléctrica. Este tipo de incendios es muy peligroso porque al calor del fuego se suman los riesgos de descargas eléctricas, un combo que no mola nada.
Causas comunes de los incendios clase C:
Cortocircuitos: Cuando los cables dañados o mal aislados entran en contacto.
Sobrecargas eléctricas: Cuando un equipo consume más energía de la que la instalación puede soportar.
Fallas en el mantenimiento: Conexiones sueltas, acumulación de polvo o desgaste de los componentes eléctricos.
La clave para abordar estos incendios es actuar con rapidez, pero siempre priorizando la seguridad.
Nunca intentes sofocar un incendio eléctrico sin cortar primero la energía, así que tendrás que cortar el suministro eléctrico del equipo que tiene el problema, ya sea apagando el interruptor o desconectando el panel eléctrico principal. Aunque no tiene por qué eliminar por completo el peligro de electrocución, puede aumentar bastante la seguridad al abordar el incendio.
CUIDADO, porque los incendios clase C no deben apagarse con agua ni espuma si el suministro eléctrico sigue (o podría seguir) activo. No olvidemos que el agua es un conductor de la electricidad. Usarla en estos casos sería peligroso, así que hay que evitarlos.
Conociendo el triángulo que genera los fuegos, nos queda recurrir a estas herramientas de bombero:
Extintores de dióxido de carbono (CO₂): Ya usados en la clase B. Como decíamos, eliminan el oxígeno que alimenta las llamas y no dejan residuos, lo que los puede hacer ideales para equipos eléctricos.
Extintores de polvo químico seco (ABC): Interrumpen la reacción química del fuego, así que evitan conducir la electricidad mientras lo apagan.
Incendio clase D
Un incendio de clase D se produce por la combustión de metales muy reactivos, como magnesio, titanio, aluminio en polvo, sodio o potasio. Ojo, porque son muy peligrosos, te contamos más.
Estos incendios suelen ocurrir en entornos industriales, como en fábricas o cadenas de producción, donde se trabaja con este tipo de materiales y donde es habitual que pueda llegar a pasar. No es habitual que tengan lugar en hogares u oficinas.
Hay que tener especial cuidado con algunos tipos de metales porque tienen más probabilidades de arder que bloques sólidos, ya que su mayor superficie hace fácil que ardan:
Fragmentos pequeños
Polvo
Virutas
A pesar de que no lo parezcan, es importante atender bien estos fuegos, porque su reacción ante el extintor equivocado puede ser muy violenta, aumentando las llamas o provocando explosiones, así que poca broma aquí. Ya entenderás, entonces, por qué Eete tipo de incendios debe manejarse con máxima precaución, priorizando la evacuación y la seguridad de las personas en la zona afectada.
Ni se te ocurra aplicar agua o espuma. La extinción debe de hacerse con extintores de polvo seco, más concretamente los extintores de clase D, que están diseñados para metales combustibles.
Estos extintores contienen agentes como cloruro de sodio o grafito, que sofocarán el fuego y bajarán la temperatura.
Y ojo, porque no todos los polvos secos son adecuados para todos los metales. De hecho, cada tipo de metal puede requerir un agente extintor específico, y usarlos de forma incorrecta podría empeorar la situación. Así que se necesita formación específica para solventar este tipo de problemas. Aquí sí que es indispensable que la extinción la haga un profesional con el conocimiento y el equipo necesario.
Incendio clase K / F
¿Alguna vez te has dejado una sartén con aceite en el fuego? Ojalá no, pero si te ha pasado, sabrás que el aceite a altas temperaturas arde fácilmente Y que es un error, además, echarle agua por encima. ¿Por qué? Porque al contacto con el agua, el aceite caliente salpica, extendiendo las llamas y haciendo que el fuego se vuelva incontrolable.
Por si no lo sabías, los fuegos de clase F no solo aparecen en los hogares, también en entornos comerciales. Por eso, en cocinas industriales suelen instalarse sistemas de extinción integrados en las campanas extractoras, que liberan agentes químicos de forma automática o manual para sofocar las llamas.
Prevenir este tipo de incendios es tan importante como saber cómo actuar: nunca dejes una sartén desatendida y mantén cerca un extintor adecuado.
¿Si no puedo usar agua, cómo lo sofoco? En primer lugar, es esencial que apagues la fuente de calor. Después, lo ideal sería utilizar un extintor químico húmedo diseñado para incendios provocados por grasas y aceites. Este tipo de extintor actúa creando una capa de espuma que enfría el aceite y elimina el oxígeno necesario para que el fuego siga ardiendo.
No obstante, si estás en casa y no tienes un extintor, lo más recomendable es que trates de eliminar el oxígeno que lo está alimentando. Para hacerlo, puedes cubrir la sartén con una tapa, siempre y cuando el fuego sea pequeño y puedas hacerlo sin que correr ningún riesgo. Tu seguridad es lo PRIMERO ante un fuego, nunca lo olvides.
Ahora que ya conoces todos los tipos de incendios y de fuegos, ¿qué te parece?, ¿quieres ser bombero? De ser así, cuenta con nuestras academias online de bombero, donde te enseñaremos todo lo que hay que saber para sacarte la oposición, vayas donde vayas. Contáctanos si tienes dudas sobre qué escoger.